
Nos preguntamos cómo compatibilizar la actividad agrícola con el concurso de la minería, si esto es factible o no. Nuestro proyecto agrícola más importante es Olmos, que demandará 200 millones de dólares, parte como inversión pública. Los proyectos mineros, totalmente privados, La Granja y Cañariaco, que impactarán económicamente en la Región, demandarán una inversión de más de 5,000 millones de dólares.
La minería significa importantes ingresos nacionales que se distribuyen a las arcas regionales a través de la ley del canon.
Las preguntas que todos nos hacemos es: cómo garantizar el cumplimiento de los estándares internacionales que aseguran un desarrollo sustentable y sostenible, y que preservan la calidad de vida de las zonas de extracción; cómo afecta la actividad minera a la agricultura, si utiliza malas prácticas en la disposición de desechos tóxicos y no controla el drenaje de aguas ácidas, y la vida misma de los habitantes de un entorno minero.
He comentado en un artículo lo que significó para mí la oportunidad de visitar la fundición de cobre de Chagres en el valle frutero de Aconcagua en Chile (procesa más del doble de La Oroya, en términos simples) pero con responsabilidad ambiental; lo que permite sembrar parrones, duraznos y paltos en sus alrededores. Esta es la minería que debemos promover para aportar fondos importantes que contribuirán al desarrollo de nuevos proyectos en las zonas de mayor pobreza en nuestra región como Cañaris, Incahuasi, Salas, Mórrope, por citar algunas.
Pero, ¿qué nos pasó cuando en Reque una empresa minera (Rio Tinto), una de las más grandes del mundo, quiso instalar un centro de investigación? Por la mentalidad del poblador de Reque pasaron todos los engaños que por décadas han sufrido por el problema de la basura en sus alrededores que no se soluciona todavía. Por esto, un poblador de Reque no va creer que una planta de investigación de minerales no va a contaminar.
Es necesaria y vital la instalación de este tipo de centros de investigación si pretendemos llevar modernidad y competitividad a nuestra Región. Muchos países quisieran que se instalen en sus territorios centros de investigación de excelencia, que mantengan alianzas con centros internacionales dedicados a la investigación, con el objetivo de que se desarrollen soluciones innovadoras en áreas productivas, como la gestión sustentable del agua, la eficiencia energética y las mejoras ambientales.
El desarrollo de estos conocimientos en torno a tecnologías nuevas permite la formación de capital humano de alto nivel. Tenemos varias universidades. Entonces, se debería exigir que un número mínimo de profesionales lambayecanos se incorpore en estos proyectos, para generar capacidad de innovación en nuestra región y no depender siempre de tecnologías foráneas.
En Lambayeque hay también capacidad para instalar plantas de energías renovables no convencionales, como plantas de concentración solar, granjas fotovoltaicas y energía eólica.
Por nuestro alto potencial, deberíamos buscar la creación de un Centro de Energías Renovables, que asociado a nuestras universidades sean una fuente de información y contacto con instituciones de países que llevan la delantera en esta área, como Holanda entre otros.
Pomac es un ejemplo de una cultura de convivencia del hombre con su medio ambiente, que nosotros no hemos sabido apreciarla.
Este Santuario Histórico, Bosque de Pomac, se localiza en el Distrito de Pítipo, provincia de Ferreñafe en cuyo ámbito estuvo el centro económico, político y religioso de la Cultura SICAN o LAMBAYEQUE, una de las culturas indígenas más notables del antiguo Perú. Su rica producción metalúrgica sin parangón en el continente americano, pues ni los Incas ni los Chimús en el Perú, ni los Aztecas de México, tuvieron una producción a gran escala de metal, como sí la tuvieron los eximios metalurgistas y orfebres de Sican, hecha en bronce, oro y plata, como los símbolos destacados de nuestro Perú, como el cuchillo ceremonial “Tumi” y la divinidad de la máscara de ojos alados que representa a Naylamp, que es para la historia del mundo Muchik, el fundador de la primera dinastía de los Reyes Lambayecanos, comparados a Manco Cápac, fundador del Imperio Inca.
Creo que nos ha faltado comunicación, identificación con nuestro pasado, para conciliar lo manifestado referente a nuestra gran producción metalúrgica y el abastecimiento a través de una agricultura orgánica.
Juan José Salazar García
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