Nos conocemos.
Creo en la agricultura, en los agricultores, porque los conozco de siempre. Mi abuelo Ricardo, mi padre, “Chiquitín”, mis hijos; generaciones van, vienen, seguirán algunos de mis nietos; no lo dudo. Cerca al sol, la tierra, el agua, el ganado, las alegrías, decepciones, logros, superviviendo, no pierdo las esperanzas de que pronto se nos dará el lugar que merecemos, se hará realidad el sueño de siempre de justicia social.
He trabajado en Pítipo, Huanabal, Pucalá, Piura, Alto Mayo, Cumbaza, Bagua; he tenido la suerte de conocer la mayoría de zonas agrícolas de nuestro Perú y algunos lugares en el mundo. Puedo decir, al final, que no he conocido tierras más pródigas que las nuestras.
Por ello, buscaré acercar la Región a los agricultores; sector en el cual afrontamos muchas dificultades y escasos recursos. Tenemos que involucrarnos más y buscar que seamos más los peruanos con una mentalidad primaria exportadora.
Creo que tenemos mayor potencial de lo que se estima; que tenemos que proteger nuestra actividad, que sea libre de transgénicos, pues tenemos una diversidad de microclimas, tierras de buena calidad, recursos hídricos, y no permitir se pierda nuestro patrimonio natural. Sin embargo, no nos podemos cerrar a los avances de la biotecnología que, adecuadamente evaluada, sea conveniente implantarla en nuestros campos.
Creo en una agricultura orgánica que nos permita encontrar nuevos mercados, con mejores oportunidades.
Conocer como Ministro de Agricultura el Valle frutero de Aconcagua en Chile, donde en medio de parrones, duraznos y paltos para exportación opera responsablemente una instalación minera, la Fundición de Chagres, a diferencia de La Oroya (Junín), me hizo ver que existe un tipo de minería con responsabilidad ambiental que puede ser compatible con nuestro medio ambiente.
Necesitamos una agricultura moderna y competitiva, que sea una herencia valiosa para nuestros hijos; para eso debemos encontrar formas de administración asociativa para corregir las actuales dificultades y permitan la compra de sus insumos y la comercialización de las cosechas, a mejores condiciones.
Recuerdo las luchas del Comité de Defensa de la Pequeña y Mediana Agricultura, que nos costó cárcel incluida en épocas de la dictadura de Velasco, donde nos defendimos de abusos que se estaban cometiendo con la Reforma Agraria. Hoy, como en aquella vez, tenemos que hacer valer nuestros derechos.
Mi experiencia de más de 40 años de agricultor; como directivo en la Junta de Regantes de Ferreñafe; como alcalde en dos oportunidades de mi tierra, Ferreñafe; como Presidente de la Región Nor Oriental del Marañón y como Ministro de Agricultura, me permitió conocer los valles, el origen de las cuencas, lo que me motiva a ratificar el compromiso que tengo con los agricultores.
Hechos concretos ya realizados que reafirman un camino a seguir, son el asfaltado de las carreteras Ferreñafe-Pítipo y Ferreñafe-Mesones Muro, para mejorar la comercialización de los productos agrícolas; los primeros proyectos de electrificación rural; las gestiones para el revestimiento de canales como el de Mochumi; la reconversión de cultivos en Pítipo (paltas); los préstamos otorgados a través de FONDEAGRO a los pequeños agricultores en la Región; el vivero del INIA; y la habilitación de los préstamos de Japón para concretar las canalizaciones de las acequias El Pueblo, Túcume. Otras iniciativas quedaron para su implementación como el seguro agrario, la compra de la deuda de los pequeños agricultores para impedir el remate de sus parcelas; la consolidación del proceso de descentralización de la gestión pública en el sector agrario, para hacerlo irreversible, así como la transferencia de maquinaria, activos, funciones y competencias, (desconcentración administrativa).
Todos estos logros y acciones realizadas son la mejor garantía de que -más allá de nuestra filiación política- los agricultores conocemos nuestros problemas. ESTOY CONVENCIDO QUE LA REGIÓN DEBE ASUMIR ESTE LIDERAZGO.
Les digo que así como creo en la inversión privada de grandes capitales, respetaremos a todos los sectores involucrados en nuestra Región como los pequeños agricultores, parceleros, comuneros, a todos ellos a quienes nunca se les ha permitido participar, para que contribuyan con su experiencia, opinen y decidan lo mejor por ellos mismos; por ejemplo la Comunidad de Mórrope con sus más de 400,000 hectáreas.
Asimismo, lucharemos para que no se sigan perdiendo millones de metros cúbicos en el mar, del proyecto Tinajones; y la construcción de la Represa La Calzada debe ser un objetivo fundamental regional.
Es un tema de confianza. Tú decide.
“Chiquitín”, agricultor, conoce la Región y te conoce.
Juan José Salazar García