El camino a Pucalá es verde y enérgico. El olor a miel se esparce por sus calles, y es el procesamiento de la caña el motivo de esta característica tan peculiar del lugar. En esta visita, Pucalá nos enseñó que la labor constante es la producción de caña de azúcar.

Se dice que los años mozos de esta tierra azucarera fueron en la década del 60, cuando empezó. Incluso se le consideró como la segunda más importante del lugar. Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, Pucalá se mantuvo; aún nos demuestra que mantiene toda la energía para alcanzar el ansiado desarrollo.

La producción de la caña de azúcar puede ser también una razón para la exportación y aprovechar todos los recursos con que cuenta. La problemática de los lugareños está enfocada en sectores como la seguridad y educación. Ahora, las generaciones unidas pueden conseguir un poco más para que Pucalá obtenga un mayor reconocimiento.

Pucalá es sinónimo de azúcar. Y esta azucarera tiene la expectativa no solo de incrementar la producción para comenzar a exportar, sino también incursionar en la elaboración de etanol, un producto singular usado en sectores industriales, farmacéuticos y otros, que requiere de la tecnología que en forma efectiva, desde aquí se está poniendo en práctica.